Definición:
Contactless es el término que se aplica a la tecnología que permite realizar operaciones ‘sin contacto’ mediante un sistema de comunicación denominado NFC (‘near field communications’). Se utiliza principalmente con tarjetas de crédito, pero cada vez hay más dispositivos plásticos que admiten esta tecnología, como teléfonos móviles, relojes inteligentes o llaveros.
Los sistemas contactless se han desarrollado principalmente para pagos con tarjeta y suponen ya un 57% del volumen de los mismos en España (según datos de Mastercard). Sin embargo, es un método también frecuente en los controles de acceso a edificios, transporte público, etc.
Cómo funcionan las tarjetas contactless
Para que el sistema inalámbrico funcione adecuadamente deben existir al menos dos dispositivos que dispongan de la tecnología NFC, normalmente una tarjeta y un terminal. Esta tecnología consiste en una antena muy fina insertada dentro de la tarjeta y que no se aprecia a simple vista. Es detectada por los terminales TPV (o datáfonos) en el momento del pago. El único requisito es que ambos estén a unos pocos centímetros de distancia (entre 3 y 5), sin necesidad de que exista un contacto directo.
Permiten hacer pagos en comercios y restaurantes sin marcar el código PIN, por lo que su seguridad genera algunas dudas. En España, el importe máximo que se permite abonar sin número de seguridad es solo de 20 euros, aunque el usuario puede modificar esta cantidad.
Las tarjetas que tienen sistema contactless están identificadas con un símbolo similar a unas ondas. Que dispongan de esta tecnología no significa que no se pueda hacer uso de ellas mediante la tradicional banda magnética en caso de necesidad.
Tarjetas contactless: ventajas e inconvenientes
Ventajas
La rapidez. Es, sin duda alguna, la principal ventaja de este sistema de pago. La posibilidad de completar una transacción en solo unos segundos agiliza las operaciones en las tiendas y permite ahorrar tiempo al usuario.
La comodidad. Cada vez más usuarios se decantan por no llevar encima tarjetas de crédito o débito y prefieren utilizar, por ejemplo, su smartwatch. Esto es especialmente útil cuando se viaja al extranjero.
Desventajas
La seguridad. La posibilidad de que se realice un pago indeseado al pasar cerca de un TPV activo o incluso de que nos roben pequeñas cantidades adrede es un temor que asalta a muchos usuarios del contactless. Sin embargo, y a pesar de las leyendas urbanas, es poco probable que esto ocurra, ya que deberían darse los siguientes supuestos: que el TPV estuviera conectado y con cobertura; que esté registrado y verificado; que el datáfono esté a unos 3 segundos de la tarjeta; y, por último, que permanezca en esa posición entre uno y tres segundos.
Cómo proteger la tarjeta contactless
Para evitar el riesgo de robo mediante las tarjetas de pago sin contacto, el usuario puede poner en marcha una serie de consejos:
- Utilizar una funda RFID (Radio Frequency Identification). Las tarjetas contactless derivan de la tecnología RFID, unas etiquetas adhesivas que transmiten información. El protector bloquea las radiofrecuencias y limita la acción de los lectores, impidiendo así los robos. Están fabricadas en distintos materiales, como metal y papel, y preparadas para evitar la desmagnetización de la tarjeta. Su precio suele ser inferior a 10 euros.
- Desactivar la tarjeta cuando no se utilice y volver a activarla cuando sea necesario. Hay aplicaciones bancarias que ofrecen esta posibilidad, muy práctica cuando se viaja.
- Contratar un sistema de alertas al móvil para conocer en todo momento los movimientos realizados con la tarjeta.
- Configurar el método de pago para que exija siempre el número PIN, incluso cuando la transacción es inferior a 20 euros. De este modo, se incrementa la seguridad, pero se pierde parte de la agilidad que caracterizan las tarjetas inalámbricas.